Necrosis Avascular de la cabeza femoral


Necrosis Avascular de la Cabeza Femoral:

Necrosis Avascular de la cabeza femoral:


La Necrosis Avascular es una patología típica en edades comprendidas entre los 40 y 60 años que afecta sobre todo a la parte superior del fémur. Es el resultado de la pérdida temporal o permanente del flujo de sangre al interior de los huesos. Esta enfermedad impide que la sangre llegue libremente a un hueso y como consecuencia las células del hueso empiezan a morir. Sin sangre, el tejido óseo muere y hace que el hueso colapse. Si el proceso involucra a los huesos cerca de una articulación, normalmente lleva al colapso de la superficie de la articulación. La parte afectada del hueso es la cabeza del fémur (la pieza esférica del hueso que encaja en la cavidad de la cadera) y el cuello (la parte del fémur situada justo debajo de la cabeza). Al no llegar la sangre, esta parte del hueso comienza a “morir”, se descompone y el cartílago que lo cubre por arriba se hunde.


Esta enfermedad también es conocida también como osteonecrosis (osteo-, de "hueso" y -necrosis, de "muerte" o, en otras palabras, "muerte de huesos"), necrosis aséptica o necrosis isquémica. 


Síntomas 


A medida que el hueso se atrofia, el cartílago circundante comienza a deteriorarse, lo que provoca un dolor súbito e intenso en la cadera y otros síntomas que incluso no desaparecen con el reposo y puede llegar a provocar que la persona afectada despierte por la noche. Esta enfermedad puede empeorar con el tiempo.


Causas


La Necrosis Avascular puede ser consecuencia de:


• Causas traumatológicas (lesiones, fracturas o daños en los vasos sanguíneos)

• Causas no traumatológicas :

• uso prolongado de ciertos medicamentos, como corticosteroides, 

• consumo excesivo o prolongado de alcohol, 

• enfermedad de Gaucher o gota

• Trastornos en la sangre 

• Diabetes y anemia

• Enfermedad por descompresión (en buceadores)

• Tratamientos de radiación y quimioterapia

• Etc.






Tratamiento


El tratamiento específico de cada caso debe estar en función del momento evolutivo del proceso, edad del enfermo y conocimiento previo de la patobiología referida a la función de la cabeza femoral. 


Además de estos factores de orden local cabe destacar que la elección del tratamiento de cada paciente dependerá también del nivel de actividad habitual, sintomatología y limitaciones funcionales, colaboración ante el tratamiento, y aceptación bilateral. 


Si bien se recomienda el reposo y el ejercicio para que la parte afectada del hueso pueda consolidarse, generalmente se precisa intervención quirúrgica.

La mayoría de los pacientes con esta enfermedad en estadio inicial, se les puede practicar una intervención denominada descompresión del núcleo que tiene como fin la regeneración del hueso. En este tipo de cirugía se extrae la parte dañada del hueso hasta la cabeza del fémur. De este modo, se abren canales para que los vasos sanguíneos lleguen al área afectada y se estimula la producción de hueso nuevo. De este modo, el dolor de cadera se alivia y se evita la artroplastia.


Sin embargo, en pacientes en fase avanzada, con grandes zonas de hueso muerto, la osteotomía puede obstaculizar la consolidación ósea por lo que se recomienda en la mayoría de los casos, la artroplastia total de cadera. 

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