Vertigo


Vértigo

Vértigo:


El vértigo es una sensación ilusoria de que las cosas externas están rotando o desplazándose alrededor de uno o de que es uno mismo quien está dando vueltas en el espacio; es debido a una alteración de los órganos del oído que regulan el equilibrio o del sistema nervioso central.



El vértigo o mareo es un síntoma común que se presenta especialmente en aquellas personas que han tenido algún trauma en la cabeza o el cuello. Afecta la calidad de vida de la persona que lo padece y a menudo son acompañados de nauseas, vómitos y sudor.


El desequilibrio es frecuentemente de origen cervical y se ha demostrado en varios estudios que la columna cervical juega un papel importante en la regulación del equilibrio en el cuerpo.


Los mareos y el vértigo son problemas que pueden tener su origen en las cervicales.


Los receptores de posición y orientación del cuerpo están en la zona cervical y en núcleos de tejido nervioso en la cabeza. La sensación de mareo y vértigo puede ser producida por fallos mecánicos de las cervicales que afectan el sistema nervioso.


Los fallos mecánicos de la columna son los factores principales que contribuyen a la degeneración y están estrechamente asociados a la pérdida de masa ósea. La degeneración puede a largo plazo producir hernias de disco.


Se considera que un total de 30% de pacientes mayores de 65 años han tenido en algún momento algún síntoma de vértigo o mareo, lo importante es hacer un diagnostico diferencial ya que en el 80 % de los casos estos están mal realizados.



Tipos


Hay dos tipos de vértigo: periférico y central.


• El vértigo periférico es debido a una afección o daño en la parte interna del oí¬do conocida como laberinto.


• Vértigo central es por una afección o daño en el nervio craneal, encargado de llevar la información desde el oído al cerebro. 


La patología del vértigo se localiza comúnmente en el oído interno o vestíbulo. 


En el vestíbulo existe un grupo de células muy sensibles a los cambios de posición y composición del líquido que ocupa sus conductos y membranas otolíticas (que contienen piedrecitas que se desplazan con los movimientos de la cabeza). Esta disfunción vestibular puede tener su raíz en la propia anatomía del paciente, sobre todo en ancianos, debido al envejecimiento de su aparato vestibular. También se asocia a infecciones, traumatismos o latigazos cervicales, y en muchos casos a trastornos del sistema nervioso.


El cuello es una zona muy delicada donde convergen vasos sanguíneos, nervios cervicales entrantes, nervios craneales entrantes y la porción superior de la medula espinal. Hoy sabemos que la posición de las vértebras cervicales superiores es empleada por el sistema vestibular como referencia clave para mantener y percibir el equilibrio. Un desajuste o subluxación en las vértebras cervicales superiores puede producir mareos por falta de flujo sanguíneo y alteraciones en las vías de conexión al sistema nervioso central, afectando al sistema vestibular y produciendo síntomas de vértigo.



El vértigo no es un problema grave de salud, pero sí muy molesto que suele generar angustia y ansiedad. El nivel de estrés en un paciente es importante, ya que el nerviosismo facilita mareos y multiplica el problema.

La mayoría de los casos de vértigo se resuelven con facilidad. Lo primero que debe hacerse es acudir al médico para definir la causa exacta. Cuando la causa en un trastorno cervicogénico sobre el que se puede actuar, se decide los tipos de ajustes necesarios para alinear las vértebras y permitir un mejor flujo sanguíneo y estímulo nervioso.


En caso de vértigos cervicogénicos es importante que la gente acuda con mayor frecuencia a especialistas de la columna vertebral, ya que numerosos estudios avalan la efectividad e inocuidad de estas técnicas a la hora de abordar este tipo de dolencias relacionadas con la columna cervical.



Causas


Las causas por la que podemos sufrir vértigo son:


• problemas cervicales o en la columna vertebral (común).

• por una otitis que se complica u otras infecciones del oído.

• por lesiones craneales.

• toma inadecuada de medicamentos.

• drogas.

• herpes en el oí¬do que afecte al nervio facial o vestibulococlear.

• hipertensión, hipotensión o cardiopatí¬as.

• tumores.



Síntomas


La sintomatologí¬a es amplia y obedece a la gravedad del vértigo

que tengamos:


Vértigo periférico:


• Nauseas y vómitos (Neuronitis Vestibular)

• Malestar generalizado, cansancio 

• Inestabilidad que empeora con los movimientos bruscos (neuronitis vestibular)

• Inestabilidad y mareos al cambiar de postura (Posicional benigno)

• Pitidos o zumbidos (Tinnitus) en los oí¬dos y que suelen durar varios dí-as (Neuronitis Vestibular) 

• Dolor de cabeza y estado febril (Laberintitis, puede haber infección del oí¬do por algún virus)

• Falta de audición y opresión en el oí¬do (Síndrome de Menière)



Vértigo Central:


• Alteración del habla y del movimiento facial (afectación vascular cerebral) 

• Jaqueca 

• Síntomas nerviosos focales, ataxia, cefalea, pérdida de audición, alteración de la visión, lesiones de movimientos faciales (Tumores)



Prevención


Las medidas generales para prevenir la aparición de vértigo son:


• Evitar los cambios rápidos de posición, especialmente al reincorporarse cuando se está estirado o al girarse. 

• Evitar posiciones extremas de la cabeza (especialmente, mirar hacia arriba), o movimientos rápidos de la misma (particularmente, giros). 

• Eliminar o disminuir el uso de sustancias que empeoren la circulación sanguínea como la nicotina, la cafeína o la sal interno (el oído ante una disminución del riego sanguíneo responde con la aparición de vértigo).

• Minimizar la propia exposición a circunstancias que precipitan el vértigo como el estrés, la ansiedad o sustancias a las que se es alérgico. 

• Tratar con prontitud las infecciones respiratorias o del oído. No obstante, si se presenta un ataque de vértigo deben seguirse los siguientes pasos:


− Estirarse sobre una superficie inmóvil como el suelo.

− Mantener los ojos enfocados en un objeto que no se mueva.

− Durante el ataque es mejor no ingerir alimentos ni bebidas para disminuir las probabilidades de vomitar.

− Una vez desaparezcan los síntomas, debe reincorporarse  lentamente.

 

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